Politica aldeana
En la UAC se dice que el coordinador de Vinculación, Eduardo “El Guayo” Garza Martínez, fue uno de los principales beneficiados con la corrupción que instauró en la Universidad “El Negro” Mario Alberto Ochoa Rivera, y es el principal cómplice de las irregularidades cometidas en los convenios de prestación de servicios que la UAC firmó con paraestatales y organismo públicos a través de la Coordinación de Vinculación, que la Auditoría Superior de la Federación señaló oportunamente.
También se asegura que “El Guayo” Garza es socio de “El Negro” Ochoa en el complejo hotelero que construyeron en Villa Unión, Arteaga, con dinero que saquearon de la UAC. Dicho complejo hotelero tiene como principal cliente a la UAC. Allí se hospeda a cuanto visitante foráneo venga a Saltillo invitado por la Universidad o a realizar algún cometido académico, científico o cultural. Ese es un excelente negocio, con ganancias cautivas.
El pretexto para no responder a las preguntas originadas en la riqueza ostentada por “El Negro” Ochoa, fue que el ex Rector ya no era parte de la Universidad, sin embargo dejó a su parentela en las nóminas universitarias. Allí está su esposa Bertha Salazar como colaboradora en la Coordinación General de Bachillerato, también cobra en la UAC su hijo, Mario Alberto Ochoa Salazar, como Subcoordinador de Tecnologías, comunicación y diseño en la Coordinación General de Educación a Distancia. Además de su comadre: Flavia Jamieson en la Dirección de Asuntos Académicos.
En las declaraciones del Tesorero, Francisco Osorio Morales, referente al accidente del alcoholizado junior de “El Guayo” Garza, asegura que no es práctica común en la Universidad adquirir vehículos tan costosos, lo cual es una mentira, pues cada Rector renueva el parque vehicular que los directivos de las distintas áreas utilizan para su uso oficial, personal y familiar. En esa renovación se adquiere cuando menos una camioneta de ese tipo (Suburban). Hasta la fecha no se sabe si alguno de esos vehículos ha sido devuelto a la UAC cuando los empleados de “cuello blanco” terminan su función. Pero usted apueste a que no los devuelven. Quedarse con los vehículos es parte del saqueo.
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